Crónica de la VI Vespaniada en Valencia (Por MAMU_56)
Cada año es irrepetible aunque las sensaciones y el ritual sea el mismo, cada año un viernes de primero de Primavera, salimos desde todos los lugares de nuestra geografía hacia un lugar determinado de España para estar y sentir con los amigos la pasión por nuestra afición que es ya religión,
Ya somos como una familia que empezó como todas, haya por el año 2006 siendo pequeñita y en un mes lluvioso de Abril en Toledo, ciudad que es pasión de enamorados al caer una tarde de Primavera entre calles del barrio sefardi , y año tras año la familia aumenta cada vez con mas fuerza, es como si nos reuniéramos como se reúne por navidad o vacaciones de verano para estar juntos año tras año esta familia que es ya numerosa.
Este año no tendríamos que hacer muchos kilómetros para estar en la Vespaniada, se celebraba prácticamente a las puertas de casa, y a mi que me gusta hacer kilómetros para estar en este principal evento que año tras año me sorprende mas, el trayecto corto me costo poco para estar en el lugar de dicha celebración que no era otro que Valencia, Capital del Turia y Capital nacional este fin de semana de la Vespa y Lambretta.
Aparecí por la tienda de Machado en Valencia, donde quede con Alfonso y donde nos llevaría Vespaciano a comer a un “japonés” un tanto peculiar junto a Alberto, Pani, y un servidor, y conociendo al anfitrión ya os aseguro que con hambre no te quedas.
La sobremesa perfecta, una vez terminada y con el cuerpo listo para la siesta, unos se dirigieron a terminar con el trabajo semanal y los otros nos dirigimos al hotel, pasar por recepción, bajar la vespa del remolque, limpiar y dar los últimos retoques, aquí ya se respiraba y se sentía la inminencia de lo que se avecinaba este fin de semana, en el garaje del hotel ya empezaban a llegar las primeras unidades de carros con su cargamentos de vespas de lugares tan lejanos como son Sevilla y Santander, como puede ser Extremadura y Génova en Italia, por que desde esa ciudad de Italia también habían participantes en esta Vespaniada, primeros abrazos y algún que otro beso que año tras año es casi un ritual ya. Yo me dirigí al taller de Machado con mi niña bonita para hacer algún retoque mas, el cual el amigo Emilio no tuvo problemas para hacerlo.
Eran ya cerca de las ocho de la tarde cuando Vespaciano y un servidor nos adentrábamos en la plaza Honduras donde estaba la zona, recepción y exposición para todos los participantes y sus monturas….. Las Vespa y Lambrettas, las autenticas estrellas del fin de semana, y hay ya se pudo observar que esta Vespaniada seria espectacular en participación y con tiempo perfecto.
Lo primero que se hace en estos casos es pasarse por la zona de inscripciones que esta vez estaba copada de “organizadores” amigos trabajando ya a un ritmo elevado pese a lo temprano del evento, saludos, bienvenidas y reencuentros un año mas, la tele entrevistando a unos y a otros para dar mas grandeza a esta Vespaniada y una cena donde faltaban los amigos Pillines que parecía que Alicante desde donde partieron estaba en la con Chinchiná (que diría mi mami) por que no llegaron hasta ya entrada la noche, es lo que hay, cuando los niños vienen solitos pues se pierden jejejej, no se perdieron pero creo que todos los chirigüitos de la costa los visitaron, y eso viajando con Alejandro es muuuuuuy peligro y si hay dependientas guapas peorrrrrr.
Después de llamarlos y quedar con ellos por fin nos juntamos en un pequeño bar cerca del hotel donde estaban mitigando un poquito el hambre que a estas horas, primeras impresiones y para el hotel, que mañana sábado era el día fuerte en sensaciones (,el domingoooooo, ya os cuento luego).
El gran día SABADO, me despierto temprano, las 6´45 de la mañana, me lavo la cara como los gatos, me pongo la ropa deportiva y me dispongo a hacer mis kilómetros diarios, es una manía que hace tiempo tengo, y salgo del hotel, el día tímidamente empieza a despuntar, la ciudad esta en calma, casi silenciosa, solo roto por unos cuantos jóvenes que salían de un local nocturno, vendita juventud, ¡¡¡pensé yo¡¡¡, seguía con mi carrera y me pase por el tinglado Nº2 que poco después seria el centro neurálgico de toda la Vespaniada, estaba desértico, ¡¡bueno¡¡ solo dos empleados del bar donde seria el almuerzo poniendo sillas y mesas, el mar al otro lado en calma y los barcos fondeados, los almacenes de la copa América cerrados pero con sus colores al viento, corrí un tramo por el circuito de velocidad permanente de Valencia, y por un momento soñé que olía el humo de los formula uno cerca de mi, y que el Fernando Alonso no me pasaba, me despertó un claxon que me devolvió al mundo, ya en el hotel ducha reparadora y almuerzo de campeones junto con el resto de Pillines, en las mesas los amigos de Mallorca que este año si estaban en la Vespaniada, los Vespremeños, los de Guadalajara, y algún que otro con cara de sueño, las primeras fotos a los nuevos y para el garaje, hay ya estaba el movimiento total, todos limpiando sus monturas y mirándolas como si fuéramos a salir a parrilla de un gran premio, todos con los nervios y algún que otro que me comento que no había podido conciliar el sueño en toda la noche ¡¡¡era su primera Vespaniada¡¡¡, le di algún consejillo, me estrecho la mano y salio como el humo que desprendía su moto, vi en sus ojos la ilusión de lo desconocido que esta apunto de descubrir, vi sensaciones que yo tengo seis Vespaniadas después, vi sus nervios como los míos, seis Vespaniadas después, vi sus ojos queriendo retener todo, como los míos, seis Vespaniadas después, y por el cuerpo me recorrió como una electricidad de bienestar y de sentimientos, seis años después.
Mi T5, se puso en marcha al primer empuje en su pata de arranque, seguramente con las mismas sensaciones que yo, por que sonaba de otra manera, con ganas de salir, ya arriba en la acera junto a todos partimos hacia el tinglado nº2 del Puerto, un ingente ir y venir de vespas y lambrettas se notaba en la avenida del puerto, ya dentro del tinglado era como el edén, humo, vespas y mas vespas, poquitas lambrettas pero perfectas, muchos…muchísimos amigos aya donde mirara veía felicidad junto con el aire fresco cerca del mar, donde es posible soñar y mirar mas lejos de donde miramos, donde es posible sentir latidos de corazones en cada paso que daba por el abarrotado tinglado, me acuerdo de esos amigos que no han podido estar por una u otra razón pero que son los almas mater de estas vespaniadas, Ponte, Nando, Sergio, Tubarro, Vespajo, kike y algún que otro que seguro me dejo en el tintero por mi mala cabeza, también me acuerdo de aquellos que ya no están con nosotros físicamente y que estoy seguro están oliendo allá arriba esta mezcla de humos que sueltan nuestras motos, que sienten nuestros recuerdos y nuestros deseos, de que ellos estén viéndonos desde ese lugar privilegiado del cielo que ellos seguramente tienen….os seguimos recordando y queriendo todos los días amigos míos .
A las 11:30 se dio la salida a esta serpiente multicolor, todos en pelotón, todos a una como en Fuente Obejuna, famosa por los sucesos históricos del siglo XV que inspiraron la obra teatral escrita por Lope de Vega, aquí seguro que no pasaremos a la historia, pero seguro que contaremos muchas historias otros muchos años en otros encuentros de este día, enfilamos la carretera del Saler atravesando algunos de los tramos del circuito urbano de formula uno, dejamos a tras Pinedo, el Saler y sorteamos la Albufera, precioso el paraje que divisamos a nuestra derecha, el Parque Natural de la Albufera o (Albufera, “el pequeño mar”) es un parque natural, y en algunos poemas árabes se le denomina Espejo del sol.
La Albufera de Valencia es una situada en la costa mediterránea al sur de la ciudad de Valencia, un lugar idílico y precioso para perderse en el, nosotros continuamos por el Perelló, Bega del mar y ya en Cullera comenzamos a subir por una carretera revirada y picando excesivamente para arriba, yo en estos momentos llevaba el cable de acelerador roto y os aseguro que me costo un mundo subir al castillo de Cullera, en el dedo tengo hoy tres días después las señales en forma de una buena marca de estirar el cable, peor lo paso otro amigo que se dio el y su acompañante con sus huesos en el suelo por que se le encabrito la vespita, sin mas consecuencias que un buen susto, pero que podrá contar como una batallita mas (esto son medallas que nos ponemos), mientras algunos visitaban el castillo por fuera yo aproveche para arreglar el acelerador que se hizo en un santiamén, con la ayuda de las herramientas de los amigos (yo no llevaba), luego unas cervecitas en un local del pueblo para mitigar un poquito del caluroso día y para el Palmar entre canales y pequeños puentes en plena Albufera con una vegetación digna de un paraíso, luego vendría la comida, y ¡¡¡como no¡¡¡¡, tratándose de paella que mejor lugar para este plato que Valencia, la comida discurrió placida y tranquilamente hablando de lo de siempre cuando dos vésperos se encuentran, de chatarra jejeje, como no podía ser menos, algunos saludos a personas que no nos habíamos visto hasta este momento y el cafecito para quitar el sueño pos comida.
El regreso por el mismo lugar pero ahora mas diseminado y menos en grupo, otros echaban gasolina, algunos fumándose su cigarrito debajo de algunas sombras del camino sin prisas, pero en general se tenían ganas de estar de nuevo en el tinglado para salir a dar la vuelta por el centro de la capital del reino valenciano, una de las cosas que mas me llamo la atención fue que en este recorrido se averiaron muchas vespitas, creo que es la Vespaniada con mas averías en el recorrido.
Y comenzó la tan ansiada vuelta por la ciudad, intentare contaros lo que en este acto se vio, se vivió, y se sintió en esta hora escasa pero intensa, fascinante, inconmensurable y quedan pequeños todos los adjetivos que os pueda contar.
Atravesamos toda la ciudad de norte a sur y de este a oeste, por sus principales vias, contemplando desde las Torres de Serrano hasta el Miguelete, desde la ciudad de las artes y las ciencias hasta
las torres de Quart, o las de Serrano, la majestuosa Puerta del Mar, y mil monumentos mas, las calles estaban abarrotadas de personas que bajaban de sus domicilios entre asombradas y expectantes, las que paseaban y se encontraban de bruces por ver aquella marabunta de humo, ruido y vespas, y mientras, yo miraba la cara de cada uno que estaba a mi lado, y los veía felices y disfrutando del momento, de ver tanto personal que aplaudía a nuestro paso,
solo faltaban las flores para que pareciéramos cual guerreros que venían victoriosos de mil batallas en lejanas tierras después de mil años en otros mundos, pero los que hemos viajado hasta la lejana luna de Valencia, sabemos que esta ciudad es hospitalaria y acogedora sin reservas, mientras tanto y sin darnos cuenta estábamos en el tinglado 2 de nuevo, casi sin dar tiempo a digerir tantas cosas vista y sentidas en el alma en esta ruta por los brazos de
esta ciudad, en tampoco tiempo, de aquí al hotel para descansar un ratito, nueva ducha reconfortante y para la cena en el Richi Club, el local se quedo pequeño para tanto personal, la cena de catering, se fue disipando poquito a poco entre cervezas y charlas de lo acontecido durante el día, el micrófono del local no funciono y paquito con un micrófono de pilas consiguió dar los regalos en el sorteo, pero cuando llegaron los premios fue imposible no se si fue por que el paquito se quedo sin voz o que los asistentes chillábamos demasiado, pero eso es lo de menos, el mayor premio es estar todos juntos un año mas, la noche termino en el jardín del hotel sentados alrededor de una mesa con una buena charla entre pillines.
Y llego el domingo, y con el la tenue lluvia que no podía faltar a su cita anual de la Vespaniada, fue como queriendo hacerse ver y saludarnos, ella no podía faltar, tan solo fueron unos minutos con su presencia pero los suficientes para pensar en la cita de Cheste, pero se marcho como vino, tenue y silenciosa, seguramente recopiló sueños para guardarlos después del último suspiro, y nosotros camino a Sedavi donde almorzamos por todo lo alto, pero el plato fuerte de esta Vespaniada estaba por venir por que según se acercaba el circuito a nuestros ojos mas se habrían ellos, no dábamos crédito que nuestras vespas estuvieran entrando por las puertas del circuito de Cheste los ojos de admiración he incredulidad de los que nunca entraron a un circuito con sus motos eran como platos mirando a un lado y a
otro lado, ya dentro en la explana donde se accede al circuito, se notaba el nerviosismo, las miradas de complicidad entre todos los asistentes a esta matinal, ¡¡lastima que muchos de los amigos de ayer se fueran¡¡¡¡, en un momento nos llaman y sale el safety car, delante los mas impacientes, yo me quedo rezagado a propósito con intención de probar un poquito mi T5, estamos ya en la calle que da acceso a la salida de la recta principal, noto como todos aceleran, como todos están en su gran premio particular y yo aguanto un poquito mas para que haya un hueco entre unos y otros, la cola era ya larga en estos momentos y veo a lo lejos como el safety car, se retira de la pista y las primeras vespa que aceleran y empiezan a adelantarse unas a otras, fue el momento que note como un subidon de adrenalina salir por mis poros y no pude retenerme mas y le doy gassssssss a la vespita y ¡¡¡¡Dios¡¡¡, como estiraba, como subía el contavueltas fue como si me transportara a otra dimensión, solo se que empiezo a ver el circuito mas estrecho de lo normal, que por mas que le exigía mas me daba mi vespita negocio la curva a derechas que entra en la línea de meta en tercera a fondo la exprimo todo lo que puedo y pongo cuarta casi en la línea de meta, gas a fondo, y escucho el pequeño motor como suena a violines celestiales, ¡¡¡por Dios¡¡¡que sensación mas increíble, se termina la recta y freno un poquito para entrar en la curva de derechas y…bueno no os voy a contar las catorce curvas que tiene el circuito, pero os aseguro que he
entrado en muchos circuitos he hecho carreras y entrenamientos durante mi vida pero no se si será por que estaba con los amigos o porque la Vespaniada te hace sentir diferente, pero fue una de las sensaciones mas fuerte de mi vida encima de una vespa y os aseguro que he vivido muchas, cuando salí algo tenia que decir mi cara por que el amigo pani me pregunto que me pasaba, solo le pude decir ¡¡¡increíble¡¡¡creo que todavía me sale la adrenalina por la nariz, o tal vez seria felicidad de vivir, ….después comida con los amigos de Mallorca y vuelta al hotel, recoger las cosas y para casita después de un fin de semana cargado de emociones, un fin de semana maravilloso en Valencia, ya en el coche camino a casa le di varias vueltas a la cabeza me acordaba de todas las historias y vivencias.
Hasta el año que viene si Dios lo quiere, estaremos hay donde se celebre la séptima Vespaniada.
En casa sin novedad.
Ser felices.
Manuel M (MAMU_56)