Y los Ruters de Mallorca seguimos compartiendo 🙂

Descripción

Saliendo desde Palma y para ir calentando motores y evitar las carreteras principales, hemos llegado por caminos vecinales a la UIB, en donde hemos tomado un la carretera de Valldemossa hasta S’Esglaieta para desde allí dirigirnos a Soller pasando por el tunel, pues con todo lo que tenemos por delante vale más no enredarse en ese primer tramo.

Ya desde el incomparable valle de Soller, enfilamos hacia Lluc, por esa carretera que siempre te lleva a una especie de paz espiritual, ya bien por las vistas o pintorescos bosques, ya bien por un continuo sin fin de curvas dulces con, generalmente, buen asfalto. Es momento de inspirar profundamente y dejarte embriagar de ese aire puro y de la belleza de la naturaleza que nos acompañará por toda la sierra.

Como teníamos una pretenciosa meta a cumplir, era evidente que la ruta debía estar bien planificada, pues de lo contrario, difícilmente acabarás con el tiempo previsto. De este modo con la puntualidad inglesa, hemos llegado al Coll de sa Batalla al unísono con Mr April y compañía. Un refrigerio en la terraza del bar que hay junto a la gasolinera y cuatro risas después, nos ponemos de nuevo en ruta para no poner el pie en el suelo hasta la península de Formentor, en donde sobre todo pronóstico hemos llegado a las 13:00h. Cabe decir, que todo el camino lo hemos recorrido sin prisa pero sin pausa, incluso rozando en algunos tramos un ritmo algo más rápido del que el lugar nos reclamaba.

Con cien kilómetros a las espaldas y visita a pie a las instalaciones del faro, recorreremos los 26km que nos separan de Pollensa para comer. Creo que por ser un Bar y comer de menú, hemos quedado todos complacidos.

Sólo quedaba repostar y volver a casa, como no, por esos caminos que han quedado como vecinales pero que siguen uniendo poblaciones. Campanet-Selva-Lloseta-Binissalem-Consell-Sta Maria. Un error del guía en Binissalem ha llevado al grupo a recorrer más meno un km por un camino polvoriento y lleno de baches, pues no estaba asfaltado. Nada que consiguiera retrasarnos la llegada, así pues sobre las 17:00h entrábamos en Palma.

La ruta en sí, como ya he comentado que toda la sierra es de una belleza excepcional más que digna de ser patrimonio de la humanidad, tiene la peculiaridad de no tener accesos para vehículos más que los perfectamente indicados en cualquier mapa. Por todo el camino encuentras pequeñas áreas con indicaciones de vistas panorámicas que merecen la paradita, pero de pretender recorrer esos 200km en un día eso no será posible.

El tramo de Formentor hay que ver lo largo que es, y lo corto que se te hace rodeado por esa naturaleza que te recuerda que estamos en una isla y si el día está claro, veremos Menorca en el horizonte.

La vuelta por esos caminos, te transporta a otras épocas, sólo el toque del asfalto hace que te des cuenta del presente, pues en el resto parece que no pase el tiempo con sus paredes “en sec”, “marjades”, ovejas, zarzales e higueras.

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