Soy propietario de una Vespa GTS 300, los primero días de julio me desplacé montado en ella hasta Fátima con motivo de los VWD 2010 y en el viaje de vuelta se me paró dos veces con el síntoma de no tener gasolina, al cabo de unos 20 minutos arrancó si problemas y pude continuar la marcha.
Una vez en casa, contacté con otros usuarios de diversos puntos del país que tienen la misma motocicleta y algunos había tenido el mismo problema que yo, acudieron a los concesionarios de su provincia y les solucionaron el problema, haciendo mención que se trataba de una partida defectuosa de bombas de gasolina que afectaba a algunos vehículos de la marca y que el Servicio Oficial sustituía en pocas horas y sin grandes problemas.
A primeros de Julio tras el VWD, contacté con Agrimoto (único servicio oficial Piaggio de la provincia en la que resido, Zaragoza) para preguntarles cuando se iban de vacaciones pues quería hacer la segunda revisión a mi moto y quería que me revisaran el problema de las paradas, concertamos en que les lleve la moto el día 30 de julio, después de mis vacaciones.
El día 30 me presento en el concesionario, les indico que necesito que me hagan la revisión de los 5000 km., y le cuento al jefe de taller el problema de las paradas (me había vuelto a fallar camino del taller) le digo que tenía constancia que se trataba de un problema en la bomba no muy fácil de detectar, pues había varios usuarios afectados con ese problema, el me contesta que no tenía conocimiento pero que se informaría, les comunico que la moto está en los 2 años de garantía el jefe de mecánicos me dice espera un momento, se va a la oficina, vuelve y me dice:
-“Esta moto no la has comprado en este concesionario, no te la voy a coger y menos en garantía”.
Yo, sin salir de mi asombro le digo:
-“Vamos a ver, eres el único servicio oficial de la provincia, he venido rodando 90 kilómetros desde mis casa, ha fallado la moto dos veces en el camino y no me coges una moto por no ser el vendedor”.
A lo que me contesta:
-“Si, es la forma de actuar del concesionario, no tenemos obligación de reparar motos no compradas aquí y por supuesto, como la garantía te la da Piaggio no nosotros, les reclamas a ellos”.
En ese momento me encuentro con una moto que se para, en la puerta del Servicio Oficial de la marca a 90 kilómetros de mi casa, con lo cual decido llamar al concesionario donde la compré, al jefe de mecánicos del concesionario que me vendió la moto le explico lo sucedido y le digo que no puedo irme a otro, porque no lo hay y porque me encuentro con la moto averiada. Me da la siguiente solución:
-“Manolo tranquilo, voy a llamar al delegado de zona que se pongan en contacto con el concesionario para que te lo solucionen”.
Durante la espera yo charlo con normalidad con el jefe mecánico sobre varios temas y de quien quiero decir que mantuvimos un buen trato en todo momento y que bastante papeleta tenía con defender con argumentos que rozaban lo absurdo las decisiones y los despropósitos de la gerencia del concesionario, probablemente es el precio que algunos pagan por convertirse en la voz su amo.
Al cabo de unos 20 minutos reciben una llamada en el taller, me piden la garantía, la presento y me hacen un resguardo del vehículo en depósito en el que las reparaciones a efectuar son:
Revisión de los 5000 km, se para la moto (2 veces en marcha y 2 en parado)
Quedamos en que tramitará la garantía, que llamará cuando tenga la moto y nos despedimos.
Una semana después el día 5 de agosto en vista de que no me han llamado, les llamo yo y les indico si tienen ya algo, a lo que el jefe de mecánicos me dice que aún no le han enviado nada pero que ellos ya han tramitado la garantía.
Mientras tanto otros usuarios de otros lugares con el mismo problema que yo me confirman que en otros puntos de España se soluciona el problema en 48 horas, lo que hace que empiece a sospechar sobre el proceder de Agrimoto.
El miércoles 11 de agosto, vuelvo a ponerme en contactos con el jefe de mecánicos de Agrimoto quien me dice:
-“No te hemos realizado ningún trabajo porque Piaggio esta de inventario y no nos manda piezas”
Esto me suena al enésimo cuento chino de estas personas, con lo cual me pongo de nuevo en contacto con el concesionario que me vendió la moto, que me confirma que ellos si reciben piezas y que le van a comentar al Delegado de Zona el problema (es el mismo para los dos concesionarios) me confirman que el Delegado se ha puesto en contacto con el concesionario para actué debidamente.
El jueves 12 vuelvo a llamar al concesionario y el jefe del taller escuetamente me comunica:
-“No puedo hacer nada, habla con la oficina, nos vamos de vacaciones hasta el día 23, si quieres mejor llévate la moto”.
Esta última frase me pone en alerta pues mi trato con el mecánico jefe siempre ha sido bueno, aunque estuviéramos en bandos enfrentados por las circunstancias y el hombre se viera obligado a mentir en ocasiones probablemente por imperativo de la casa. Tengo claro que el mal trato hacia a mí, se origina por los responsables del concesionario, no por sus trabajadores.
Consigo el mismo día 12 hablar con el “responsable de la oficina” para intentar encontrar una solución y desatascar este asunto y me suelta las siguientes perlas:
-“No te podemos tramitar la garantía, por que la persona que hace esos papeles está de vacaciones”.
-“No tengo ninguna intención de arreglarte la moto, lo diga la casa o lo diga quien lo diga, llevo vendiendo motos toda mi vida y si te tengo que arreglar la moto lo haré cuando quiera, pues no tengo porque dar garantía de una moto que no he vendido yo”.
-“Es más, no sé si te cambiaré la bomba o arreglaremos lo que creamos conveniente, nadie me va a decir lo que tengo que hacer y si te lo tengo que cobrar o no”.
Ante semejantes perlas y como no quiero discutir, principalmente porque tienen mi moto en su poder, le digo que no se invente las normas, que si quiere conocer la garantía sólo tiene que leerse la página 11 del apartado en Español del libro de garantía de la casa, e incluso si conoce algún otro idioma también está disponible en el mismo libreto, le indico que por favor, no me cuente más falsedades y despropósitos, que entre otras cosas por mis conocimiento personales y condición laboral (soy empleado público) estoy bastante al día de mis derechos y obligaciones, con lo que doy por zanjada la conversación, obviamente no me interesa entrar en mayores.
El mismo día 12 a las 6 de la tarde me presento en el taller y solicito al jefe de taller que me devuelva mi moto, debido a que he perdido la confianza en el concesionario, el hombre prácticamente sin mirarme a la cara, probablemente por vergüenza, saca mi moto de un almacén contiguo al taller, comprobamos que no se ha realizado ningún trabajo y todo está como lo dejé, le digo si tengo que firmar algo y me contesta que no, con lo cual deja en mi poder inexplicablemente el resguardo de depósito y el vehículo, no despedimos y como soy un caballero le deseo suerte.
Ahora me toca solucionar el problema de otra manera, pero claro no podía dejar mi moto en manos que me hacía dudar de su limpieza.
Tampoco voy calificar a la gerencia de Agrimoto Zaragoza: “Por sus obras les conocerás”.
Así pasó, así lo viví y así os lo cuento.
Suerte a todos.
Perdonar por el ladrillo.