Por fín llego el 9 de Julio y a las siete desde el circuito de Jerez, cinco Vespas, y la sorpresa a posteiori de nuestro amigo Bernal con su hijo en furgoneta y con su Primavera, partimos camino de Torrox..., seiscientos kilómetros en Vespa, no esta nada mal, no señor.

Partimos con un ritmo tranquilo ya que una de las Vespas estrenaba componentes y estaba acabando su rodaje, alguna que otra escapadilla por parte de nuestra veloz T5 y los que conseguiamos pillarle el rebufo, pero la pobre tras cinco meses en dique seco y sin haberle mirado nada de nada por culpa del trabajo y el poco tiempo que quedaba dedicarlo a su mujer que estaba para dar a luz (por cierto, estaba, porque ya tenemos a otro Pablo en este mundo), termino porque la pobre Vespa rompiera a 30 kms. de Málaga el cable del acelerador, San Miguel nos lo arreglo, y ya en Málaga posible gripaje..., ya me enterare, resultado, grua y para Jerez.

El resto de la expedición perfecta, alli conocí por fin en persona a Sergio, Merino, María Eugenia... y, como no, volver a encontrarme con mis dos vespistas Juanma y Richard, pocos kilómetros fueron para la alegria tan grande que me dio el volver a encontrarme con estos amigos y, de postre, encontrarme con otros nuevos, todo un placer.

La lástima fue el poco tiempo con el que contabamos, gracias en nombre de Miguel por la placa, y por una velada tan agradable, sardinas, música y cerveza circulaban por donde quiera que miraras, y Vespas, Lambrettas, y alguna que otra Sanglas y primas lejanas de nuestas peculiares scooters se dejaron ver por el paseo Marítimo de Torrox, lo cual fue objeto de númerosas fotografias y deleite de los turistas de la zona.

Un abrazo muy grande para todos, que este espíritu scootero perdure y espero que coincidamos muchos más para próximas reuniones, un fuerte abrazo para todos.
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