Con las nuevas Touring, la Vespa LX ve ampliado su número en tres modelos más. Estamos ante las versiones más “turisticas” del que es el modelo de batalla de la marca. Obviamente se trata de una maniobra de marketing, ya que poco viajes nos imaginamos hacer en cualquiera de sus tres cilindradas; 50 (2 y 4T), 125 i.e. y 150 c.c., pero nada es imposible con tiempo y ganas por delante.

En realidad se trata de unos modelos “customizados” a la antigua usanza de las Vespa de los 60 y 70 que servían para todo, para ciudad o para darle la vuelta a España. Ciertamente con una estética muy turística, en los que se han potenciado aspectos como la elegancia, confort y la capacidad de carga.

El primero se basa en una elegante coloración marrón metalizado, acompañada de una serie de acabados perfectamente conjuntados entre los que destacan los multiples cromados incluidos y, en especial, el asiento tapizado con piel sintética a juego.

Como hemos dicho unas líneas más arriba, la capacidad de carga en las Vespa LXT va más allá del cofre bajo el asiento, la guantera o el gancho disponible en las versiones de serie. Las Touring dispondrán además de dos parrillas portaobjetos, una delante en el escudo y la trasera habitual, que, al estar cromadas, se integran a la perfección en la estética neo-clásica de todo el conjunto.

Por último, sobre la carrocería del manillar y envolviendo el faro, se incorpora una pantalla derivabrisas de pequeñas proporciones que, aunque es cierto que en cuanto a protección aerodinámica será un tanto discreta, en lo referente a diseño y estética, se encuentra en plena armonía con el talante clásico, innato, en todas las Vespa.